domingo, 8 de enero de 2012

SIMPLEMENTE LA MIMI.




Hoy cumples un mes a mi lado, es increíble ahora verte correr por casa, verte caminar sobre mi cama. Me pone feliz abrir la puerta, y ver como dejas lo que estás haciendo para venirme a saludar, para darme tus besitos. Yo siempre trato de llegar temprano, sólo para poderte ver, alzar, besar, y decirte que te quiero mucho.
Todavía recuerdo  esa noche  cuando fui a buscarte, no era la mejor  noche para mí, sin duda alguna, era la peor, me sentía muy vacío, devastado, tenía tantas ganas de llorar, pero no lo hice.  Recuerdo que al entrar a la cocina, mire de reojo la parte de al fondo, la puerta medio abierta, y los recuerdos que se esfumaban de a poco. Te tomé en mis brazos por un segundo, y después te metí al bolso, agarré la jaula, tu mochila, y te llevé a mi lado.
Sé que al principio  sufriste mucho, al igual que yo. No tenías ganas de jugar, de correr, de saltar. Yo no tenía ganas de salir, de joder, de reír. Es que teníamos a alguien extrañando mucho. Esa persona ya no estaba a nuestro lado, y su ausencia se notaba cuantiosamente. Sé que al igual que tú, extrañabas su voz, sus caricias, sus besos, sus abrazos fuertes, su boca diciéndonos que nos quería, que nos amaba. Sé que en las noches también sueñas que está a tu lado, sé que la primera noche sentías que estaba cuidándote, y yo sentía que la estaba cuidando.

Jamás tuve una mascota en mi vida, y es por eso que nunca sentí el amor hacía los animales. Bastó días para descubrir el inmenso amor que te tengo, que sé que a la larga, me hará sufrir mucho, cuando te tenga que entregar, cuando vuelvas a tu hábitat, a tu casa, a tu hogar. Sé que ese día me iré desconsolado, me iré triste porque te extrañaré mucho.  
Sé que suena raro, pero me siento como tu padre, atendiéndote, dándote de comer, limpiándote, creo que si Dios me da algún día la dicha de ser papá, pues trataría de ser el mejor de todos. Hoy me besas, te alegras cuando me ves, te dejas tomar foto, te trepas encima de mí, y me gusta que lo hagas.
Te tengo un mes, pero te quedan 2 meses para que vuelvas. Sólo me queda disfrutarte, después de entregarte, sólo el destino sabrá si te volveré a ver. Yo espero que sí, no sé si seré un iluso, pero no tengo dudas que la ilusión de un padre.