miércoles, 28 de abril de 2010

AL CAPITAN, CON CARIÑO.

Hace algunos días se celebró los siete años de la muerte de mi tío Edwin, hermano de mi papá, hijo de mi mamá (abuela) Gemita. Por tener la cabeza en otro lado, como siempre, me acordé un día después.

Nunca escribí acerca de mi familia, y hoy quiero, desde éste humilde blog, recordar lo que fue mi tío para mí.

No lo veía hace tiempo, pero tengo algunos retazos en mi mente de lo que hemos pasado. Como olvidar el polo que me regaló de los duros de alianza, con la imagen de Bug Bunny con la camiseta íntima; y es que mi tío era tan blanquiazul como yo. Éramos los distintos de la familia.

Siempre lo admire, lástima que nunca se lo dije. Cada vez que iba de vacaciones a Moyobamba a ver a mi familia, que los veía cada 5 ó 6 años, me gustaba ver las postales, cartas y fotos que le enviaba a mi mamá Gemita. Recuerdo que ella las sacaba y me las mostraba, la leíamos juntos. Una de las fotos que más recuerdo fue el de su viaje a Egipto; y es que a mi corta edad, mirar las pirámides, los camellos y mi tío trepado en esos dromedarios, para mí era alucinante.

Por su trabajo de policía, donde se destacaba y mucho, casi nunca paraba en la ciudad de las orquídeas, y yo, por vivir en Lima, tampoco lo veía mucho. Recuerdo que de pequeño, por ser como él, quise ser policía, salir de la escuela de oficiales vestido con mi uniforme blanco, aunque después me digan que era de “heladero”.No me importaba. Es que yo quería ser como él. Quería viajar con él. Quería ser aventurero como él.

No llegué a ser policía porque terminé viendo una película peruana: "La ciudad y los perros" que me hizo desistir de esa opción. Supongo que si lo hubiera hecho creo que éste blog no hubiera existido.

Recuerdo que una tarde, me prometió que algún día viajaríamos juntos. El destino iba a ser Chile, íbamos a conocer la casa de Pablo Neruda, en Isla Negra. Recuerdo que me dijo que en sus vacaciones y obviamente en las mías, íbamos a agarrar nuestra mochilas y a recorrer la costa del pacífico del Perú y la de Chile.

Nunca pudimos hacer ese viaje. Él, prefirió como de costumbre, recorres otro lugar. Un lugar donde algún día iremos todos.

Todavía recuerdo el día que mi papá me llamó, con la voz quebrada, sin poder decirme lo que había ocurrido, y es que todo fue tan inesperado. A mí me costó mucho poder creer que mi tío ya no estaba con nosotros. Inclusive, siete años después pienso todavía que mi tío está con nosotros, pienso que debe estar trabajando por algún lugar del Perú, que seguramente debe estar trabajando en su barco de marinero viendo en que puerto puede anclar. O que debe estar recorriendo algún país, de algún continente.

Mi papá Gonzalo me contó que nunca pudiste ir a Brasil, un lugar que le caía a pelo. Lindas playas, hermosas morochas, varios lugares para bailar, y cómo se que te encantaba bailar lo hubieras disfrutado mucho.

Igual, te cuento tío que aunque físicamente no pudiste ir, yo se que estuviste ahí, conmigo cuando yo estuve en Brasil. Porque al igual que tú, yo también quise ser aventurero e irme de viaje sólo, con mi mochila y disfrutar de la vida. Porque así como tú que te fuiste a los 18 años a Alemania, ojalá yo pueda hacer la mitad de tus viajes.

Te pido disculpas tío por no haber estado en tu entierro. Es que todo pasó tan rápido que no pude estar con la familia en el momento más doloroso. Tuve la oportunidad de estar en tu año, ya hace seis años atrás y pude descubrir que todo Moyobamba te amaba. Conocí a tu mejor amigo Dalton, un ecuatoriano muy buena gente que tuve la oportunidad de conocerlo y de que me contara muchas anécdotas que pasaron juntos. Él me decía que eras tan ocurrente y me describía las locuras que hacías.

Recuerdo que llegaron unos amigos de Zorritos, lugar donde ejercía su trabajo y hablaban maravillas de tí, y es que te querían tanto.

Recuerdo la última vez que estuve en Moyobamba, y fui a visitarte. Estaba con Joyo, íbamos a pasear con la moto que una amiga me había prestado y estuve ahí, hablándote y pidiéndote que desde el lugar dónde estés, siempre me cuides, y creo que hasta el momento no me has fallado.

Me hubiera gustado postear una fotos nuestra, pero lástima que no tengo ninguna. Te prometo que cuando vaya a Moyobamba le pediré a mamá Gemita que me regale una foto tuya y si es una foto de los dos, buenísima. Aunque seguramente en ésa foto, esté yo muy chiquito.

Un día me dijeron que te encantaba vivir en Zorritos, que amabas vivir a poco paso del mar, que adoraba esa ciudad, pero no tanto como Moyobamba. Yo te prometo tío que iré a esos lugares, a Zorritos para comprobar los bello que es, y por supuesto a Moyobamba, a visitarte.



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